sábado, 5 de septiembre de 2009

Arenga


¿Cómo se puede pensar cuando la temperatura cerebral, superior al magma , difumina la conclusión de 3.600 segundos de reflexión ? Los pensamientos decantan en stacatto. Ay mujer! ¿En qué te has convertido? Empezaste a respirar artificialmente y te anclas a un escenario virtual que insistes creer: existe. Y existe verdad? (te preguntarás a ti misma para salir del rudimentario lenguaje que has utilizado hoy, temes en el fondo que la lengua se te atrofie). Tu otro yo o el hada madrina que vive en los recovecos de la actividad hepática, usted se supone cree en el Carpe Diem.)Le dice:_Mientras lo creas, existe. Eso te recuerda a la "historia sin fin", al diálogo entre Peter Pan y los niños cuando no pueden volar. Los pésames, las cadenas de oración y el mes de María con su rítmico conjuro, los testimonios de la teletón, el mierda-mierda, los amuletos, el wetrupantu, los acuerdos de mano y los dientes de León ¡y sobre todo los dientes de León! ¿Cuantas veces te he susurrado arengas, que espero recitaran tus dendritas? Te he enviado cincuenta mil telegramas breves con ellos. Tal vez no sabes leer.